Entendiendo la inflamación: causas, procesos y soluciones
La inflamación, un proceso más habitual de lo que pensamos y que tiene muchas consecuencias directas en nuestra salud, si no se controla.
SALUD DIGESTIVAMICROBIOTA
9/9/20253 min read


La inflamación, más común de lo que pensamos
La inflamación no es una moda ni un término abstracto. Es una reacción natural del cuerpo para defenderse de agresiones y reparar daños. El problema aparece cuando esa respuesta, que debería ser puntual, se mantiene en el tiempo. En ese caso deja de ser una aliada y se convierte en un factor de malestar digestivo, cansancio crónico e incluso en el origen de problemas más serios de salud.
En consulta lo vemos a menudo: pacientes que sienten que “algo no va bien” en su digestión y descubren que detrás de sus síntomas hay un estado inflamatorio persistente que ha pasado desapercibido durante años.
¿Qué ocurre en nuestro cuerpo cuando hay inflamación?
La inflamación aguda es rápida, localizada y necesaria. Es lo que sucede, por ejemplo, cuando te haces una herida y la zona se enrojece e hincha. Esa respuesta tiene un inicio y un final. Sin embargo, cuando la inflamación se convierte en crónica, el cuerpo vive en un estado de alerta permanente que desgasta, debilita y altera el equilibrio intestinal.
En ese proceso participan citoquinas que activan constantemente las defensas, y se generan radicales libres que dañan tejidos. Todo esto acaba afectando al intestino, a la microbiota e incluso al eje intestino-cerebro, lo que explica por qué muchas personas con inflamación digestiva también sufren ansiedad, insomnio o fatiga continuada.
Causas más habituales de inflamación digestiva
Existen varios factores que pueden desencadenar o perpetuar este estado. La alimentación es uno de los principales: el exceso de ultraprocesados, azúcares refinados y grasas de baja calidad actúa como gasolina para el fuego inflamatorio.
También la disbiosis intestinal —el desequilibrio de la microbiota— juega un papel clave y puede aparecer tras infecciones, uso de antibióticos o intolerancias no detectadas.
El estrés crónico es otro detonante importante. Cuando vivimos con el cortisol elevado, el intestino se resiente y la microbiota se altera. Y no podemos olvidar la permeabilidad intestinal aumentada: una barrera intestinal débil permite que pasen al torrente sanguíneo fragmentos de alimentos o toxinas que el sistema inmune interpreta como amenazas, activando una respuesta innecesaria y dañina.
Cómo reducir la inflamación de manera efectiva
La buena noticia es que se puede intervenir y mejorar. La primera herramienta es la alimentación. Una dieta rica en verduras frescas, pescado azul, frutos rojos, semillas y especias como la cúrcuma tiene un potente efecto antiinflamatorio. Reducir o eliminar los ultraprocesados, las bebidas azucaradas y los fritos es un paso esencial.
Cuidar la microbiota también es clave. En algunos casos se necesita una dieta baja en FODMAPs para reducir la fermentación intestinal y, después, una estrategia personalizada con probióticos y prebióticos suaves que favorezcan la recuperación del equilibrio.
El manejo del estrés no puede quedar fuera. Técnicas de respiración, paseos conscientes después de las comidas y rutinas de sueño regulares ayudan más de lo que pensamos a calmar la inflamación.
Además, ciertos antioxidantes presentes en cítricos, kiwi, frutos secos o té verde refuerzan la capacidad del cuerpo para neutralizar el daño oxidativo. Y en algunos casos, bajo supervisión profesional, se puede recurrir a suplementos como omega-3 de alta pureza, curcumina biodisponible o L-glutamina para reparar la mucosa intestinal.
De la señal al equilibrio
La inflamación no es algo que debamos ignorar. Es una señal clara de que el cuerpo pide ayuda. Cuando se cronifica, puede condicionar tu calidad de vida, pero con un plan nutricional individualizado, un estilo de vida equilibrado y apoyo profesional, es posible revertirla y recuperar el bienestar digestivo.
Si sospechas que este puede ser tu caso, no lo dejes pasar. Estaré encantado de acompañarte, ya sea en consulta presencial en Valencia o en formato online, para diseñar juntos un plan que te permita recuperar la tranquilidad digestiva y mejorar tu salud de forma integral.
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